Como si la oscuridad fuera necesaria
para el reconocimiento de la luz,
y el dolor fuera una condición para descubrir el amor,
las dificultades parecieran allanar el camino de la vida.
La fluidez es producto del esfuerzo.
No existe genuina alegría
que no haya sido regada con lágrimas.
No hay un solo diamante que no haya perdido
casi toda su sustancia antes de dejar pasar la luz.
Si no pudiéramos ver que la vida surge de los contrastes,
no podríamos nunca nada saber de su arte.
Hasta las hojas más tiernas son sólo rocas disueltas.
Las flores han extraído su perfume y su color
de la oscuridad de la tierra.
No sería posible que el leño maduro nos diera calor
sin que antes una alquimia de agua y de sol
hubiera forjado en el leño verde un fuego de amor.
Jorge Carvajal