por Swami Shankaratilaka
La excelencia del hombre está en la palabra. La excelencia de la palabra es el canto. Reproducimos en el mundo lo que está en nosotros.
Tenemos música en nuestro corazón, tenemos un ritmo… y lo reproducimos cantando, tocando la guitarra, palmeteando,….
No sólo bailan los árboles cuando los mece el viento, nosotros también bailamos, bailamos siguiendo o creando un ritmo, también “bailamos” por el humor que aparece nuestra mente.
Así nosotros creamos una sinergia, entonces creamos una danza. Los pueblos que danzan juntos, viven, trabajan, luchan mejor juntos. Cuando nuestros bailes son muy individuales, sin duda no generamos individualidad, sino individualismo y este potencia la peor versión de nuestro ego, pero nosotros somos seres interdependientes, nos necesitamos, necesitamos hasta las bacterias, no vivimos por nosotros ni para nosotros.
Vivimos vinculados aun cuando queramos romper ese vínculos. Así que lo inteligente de nuestras emociones es saber vincularnos, si tenemos que estar en la clase, estamos los profesores, los alumnos,….
Lo mejor es saber vincularnos y después hacer lo que hemos venido a hacer, que es aprender, porque esa vinculación favorecerá y potenciará el aprendizaje. Aprendizaje que es mediado por procesos afectivos, no solo cognitivos.
OM TAT SAT
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