Cómo funciona la Red Etérica
El pensamiento dirigido desde la intención y la conciencia, crea informaciones de alta energía que pueden transformar la realidad física
Creación de la red de intenciones positivas
En la cámara situada dentro del menhir que está en el punto central del Centro de Armonización Irati se encuentra un Armonite. En el corazón de este Armonite se alberga la antena con la información armonizadora, en un recipiente que solo deja pasar las altas frecuencias. El conjunto está diseñado para que no se pierda la información con el paso del tiempo.
Todas las antenas sembradas por el mundo poseen la misma información sanadora que sirve de sustrato portador de las intenciones positivas lanzadas a cada una de ellas y de comunicación sutil con el resto de las antenas.
Esto se refuerza cuando en la Meditación se visualiza la conexión de la antena ante la que estamos lanzando el pensamiento positivo con el resto de antenas situadas en el planeta, y como ese pensamiento llega a todos los puntos del planeta y se irradia al universo.
Cada meditación o pensamiento positivo realizado sobre una antena permitirá que tanto esta antena, como el resto de antenas colocadas en todo el mundo se vayan cargando de más y más energía armonizadora fortaleciendo la red etérica del planeta.
Por lo tanto:
- Cada antena de armonización existente en cualquier lugar del planeta está conectada con todas los demás.
- Cuantos más puntos están conectados a la red, más robusta es esta y más sirve para su propósito.
- Cuanta más información positiva tiene cada punto, más se cargan positivamente el resto de puntos.
- Efecto refuerzo: cada vez que una persona se conecta y lanza su deseo positivo, al mismo tiempo está lanzando al Universo toda la información positiva cargada en la antena sobre la que está centrando su intención.
La antena armonizadora ayuda a anclar y concretar la mente y sirve de puerta a la conexión con el resto de antenas y a expandir y lograr una mejor visualización de cómo nuestra intención irradia al planeta. Tanto el Armonite a un nivel, como la estructura del centro de armonización a un nivel superior, están pensados para hacer aún más potente la acción de la antena, así como para crear un entorno de paz y armonía en plena naturaleza, ideal para la concentración y meditación.
Todo mantiene el vínculo con su origen
En el entrelazamiento cuántico entre partículas se observa este mismo principio, el nexo que permite la transferencia de información entre dos partículas subyace en el vínculo de su origen común.
Los fotones empleados en los experimentos de Viena y Canarias por Anton Zeilinger, precisaban compartir el mismo origen para establecer una conexión permanente a través del tiempo y del espacio, ambos fotones eran hermanos gemelos surgidos de un mismo proceso físico y esto creaba un vínculo indestructible entre ambos denominado por los físicos, entrelazamiento cuántico.
En el experimento de Canarias, Zeilinger y su equipo separaron dos fotones entrelazados a una distancia de 147 Km, entre las islas de La Palma y Tenerife.
Sin conexión física entre ambas partículas, se observó que al inducir una información en el fotón A, su hermano gemelo B, en otro lugar del mundo, y justo en el mismo instante, cambiaba su información manteniendo su vínculo intacto, y esto sucedía sin que ninguna fuerza conocida viajase empleando un tiempo para recorrer el espacio existente entre ambos puntos, como ocurre con las ondas electromagnéticas.
Lo que sucedía a uno le sucedía al otro instantáneamente, sencillamente, uno formaba parte del otro.
Parece magia, ¿verdad? Es natural, el entrelazamiento cuántico es una propiedad anti-intuitiva de la física, parece algo imposible y resulta difícil de concebir, pero se trata de una propiedad física del universo, la física experimental ya lo ha probado, y busca el modo de obtener aplicaciones prácticas de este fenómeno dentro del campo de las telecomunicaciones.
Los experimentos de Zeilinger muestran una capacidad de la naturaleza que existe desde el origen del universo, y que es intrínseca a todas sus partes. El vínculo, permite la transferencia de la información en el confluir del instante, donde el tiempo y el espacio se vuelven uno.
Todo en el universo se encuentra conectado en un nivel, que si no llegamos a comprender, al menos podemos reconocer en nosotros mismos. Nuestra conciencia puede situarse en un instante en cualquier dimensión conquistada por nuestro conocimiento sobre el universo, desde el vacío existente entre las partículas que forman los átomos, hasta la galaxia más lejana. Si sabemos que existe, podemos conectar con ello solo con pensarlo.
El conocimiento que poseemos sobre la magnitud y naturaleza del universo, se convierte en nuestro vínculo con el todo.
Intención y conciencia
A escala cuántica, en el nivel subatómico donde todo es infinitamente pequeño, cada persona se encuentra entrelazada con el conjunto del universo, formando parte del océano de información y energía que es el todo.
Por esta condición de pertenencia a la unidad podemos actuar desde una posición de conciencia, focalizando pensamientos positivos desde los que influenciar al conjunto y así transformar nuestro mundo.
El observador afecta lo observado, provocando así el colapso de la función de onda. Las leyes más básicas de la mecánica cuántica señalan que un sistema subatómico puede encontrarse en más de un estado a la vez, hasta que es reconocido y observado, entonces colapsa en un estado concreto, y así la información cristaliza en un acontecimiento definido por la proyección de la mente del observador.
Múltiples investigaciones realizadas en las últimas décadas en instituciones científicas de prestigio de todo el mundo demuestran que los pensamientos generados por un observador, son capaces de afectar en el desarrollo y evolución de virus, bacterias, plantas y animales de todo tipo, incluidos los seres humanos. Es más, también pueden influir alterando el funcionamiento aleatorio de máquinas.
En el experimento realizado por Robert Jahn, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Princeton, junto con Brenda Dunne, Directora del laboratorio de Investigaciones Anómalas (PEAR) de la misma Universidad, se mostró la influencia de la intención humana sobre dispositivos electrónicos que se encontraban configurando una red de generadores numéricos aleatorios, donde los resultados se inclinaban por la tendencia deseada desde la focalización del pensamiento humano.
Las conclusiones del experimento se obtuvieron después de realizar más de dos millones y medio de pruebas, y han podido ser duplicadas posteriormente en más de 60 investigaciones independientes.
El pensamiento dirigido desde la intención y la conciencia, crea informaciones de alta energía que pueden transformar la realidad física.
Un solo pensamiento puede cambiar el mundo.
Muchos observadores, orientando sus pensamientos en la misma dirección, crean una fuerza común más poderosa que la ejercida por el pensamiento de un solo individuo.
Los pensamientos, las emociones y los sentimientos proyectados por la intención del observador en el Centro de Armonización Irati se transmiten a través de la red de nodos armonizadores a todo el planeta. Lo mismo sucede con la intención proyectada en cada nodo.
El pensamiento actúa como un sistema de fuerzas vectoriales, donde la suma de las fuerzas y la dirección son importantes.
Así, en el centro de armonización, la acción solo precisa focalizar los pensamientos, emociones y sentimientos desde una voluntad positiva y sanadora, aplicando una intención consciente sobre esta antena para conseguir un efecto de amplificación e inundar nuestro planeta con energías positivas.
Al compartir una información común, entre los centros se establece un entrelazamiento cuántico que permite, en el instante, la transferencia y acumulación de las informaciones positivas dispuestas desde la voluntad de los observadores, que juntos, crean la trama de información de los centros de armonización planetaria.